Primero que nada saquemos lo obvio del camino, la serie Final Fantasy tiene muchos juegos épicos que otros podrían considerar “mejores” a Final Fantasy VIII; lo sé porque mi juego preferido de la serie es Final Fantasy VI, sin embargo este artículo no trata de ver por qué FFVIII es mejor que otros juegos de la serie o no. Con eso en mente, acompáñenme por el camino del recuerdo y sean advertidos:habrán leves spoilers.
Desde el punto de vista de alguien que nunca ha jugado un título en la serie, Final Fantasy VIII bien puede ser una rareza en cuanto a video juegos se refiere. Incluso dentro de la serie FF, la octava fantasía final trajo tantas innovaciones y cambios a la fórmula clásica que muchos lo consideran la primera vez que un título numerado cambió la percepción de lo que un RPG debía ser. De allí en adelante los creadores de la serie han actuado como si FF8 les hubiese dado una licencia para cambiar radicalmente la fórmula entre secuelas con aciertos y fracasos igualmente contundentes.
Siendo el sucesor de Final Fantasy VII, esta nueva aventura tenía unos niveles de hype rayando en imposibles de superar y gracias al impacto que aquel título causó, muchos aquellos que nunca habían jugado un RPG decidieron hacer de Final Fantasy VIII su primera experiencia en el mundo de los chocobos y moogles. Square (Squaresoft en aquel entonces) no reparó en gastos para hacer que este nuevo Final Fantasy superara en casi todo a sus predecesores. Quieres más CDs? Este juego tiene cuatro! Quieres ver a tu equipo completo corriendo en el mapa? Aquí los tienes en todo momento y en proporción realista! Quieres un tema principal regio? Aquí tienes un tema con vocales y todo por una diva del pop asiático!
Muchos de los cambios se dieron porque el creador y productor habitual de la serie, Hironobu Sakaguchi, decidió cederle su puesto a Shinji Hashimoto para ir a dirigir Final Fantasy: The Spirits Within. Con Hashimoto produciendo, el director Yoshinori Kitase vio una oportunidad de cambiar muchas convenciones asociadas con la serie y el género RPG en general. Por una casualidad del destino, Hiroyuki Ito, responsable de haber creado el sistema Active Time Battle (ATB) detrás de casi todos los RPGs grandes de Square a la fecha, acababa de terminar su labor en Final Fantasy Tactics y traía consigo una serie de ideas nuevas para el diseño del sistema de batalla. Por su parte, los diseñadores Yusuke Naora y Tetsuya Nomura decidieron usar personajes con proporciones realistas y aspectos europeos, al igual que el resto del mundo en el juego.

La mayoría del equipo de producción venía de pasar tres años en el mundo sombrío de Final Fantasy VII, lo cual resultó en un juego que es una respuesta directa y opuesta a este título. Final Fantasy VIII, con su elenco de estudiantes en una escuela de mercenarios, gozaba de personajes con apariencias y personalidades más inocentes; un mundo con colores vibrantes y mucho sol; y un énfasis en su tema principal: el amor.
La historia sigue a Squall, un muchacho introvertido y callado en las vísperas de su examen final para convertirse en miembro de SeeD, un grupo especial de mercenarios dentro de Balamb Garden, la escuela regional. Cada garden funciona como una escuela y a la vez un sitio de entrenamiento para un selecto grupo de estudiantes que, al convertirse en operativos de SeeD, viajan por todo el mundo completando misiones para clientes, lo que a su vez genera dinero para el garden y sus inversionistas.
Por encima suena como una historia regular, pero en un giro sacado como del libro de Josh Whedon, Squall y sus amigos apenas tienen 17-18 años y son estudiantes de secundaria, lo cual se presta para mucha ansiedad y drama durante las misiones, pero también entretiene con humor en momentos de tensión. Ningún Final Fantasy a la fecha ha capturado aquel sentimiento de ansiedad adolescente como este.
En Balamb Garden también está Zell, el payaso del salón que pelea con movidas sacadas de Street Fighter II; Selphie, la chica de intercambio que está emocionada por conocer nueva gente y participar en todos los clubes escolares; Rinoa, el interés amoroso de Squall que controla un grupo rebelde contra el ejército de Galbadia, su país natal; Irvine, el típico sabrosón de las nenas que también resulta ser un francotirador con talento; y Quistis, la profesora a cargo de esta unidad táctica que sólo tiene 18 años y usa demasiado producto para el cabello. En la intro del juego conocemos a Seifer, el rival de Squall y un antagonista importante durante el juego. Seifer es un opuesto a Squall hasta en su forma de vestir, con una actitud extrovertida y arrogante que en su primera impresión le abre una brecha en la frente a Squall y nos da una razón como jugadores para seguirlo al fin del mundo y partirle la cara.

Durante tu aventura la historia a veces cambia a Laguna, el segundo personaje protagónico del juego, quien viaja junto a Ward y Kiros en flashbacks compuestos por varias misiones que parecen totalmente desconectadas del juego central, pero que eventualmente van entrelazándose más con la historia y moldeando los eventos que Squall y Cía. viven en el presente. Al final del juego el juego nos confirma el mensaje que nos iba dando en trocitos desde que Laguna aparece en escena y eventualmente si lo juegas de principio a fin, te das cuenta de que las historias entre él y Squall son análogas.
Algo cool de Final Fantasy VIII es el clima político del juego. El mapa del mundo está dividido en países que tienen sus propios pueblos y ciudades. Balamb, la región de donde vienen Squall y sus amigos tiene un ejército propio y uno de los mejores grupos de SeeD, superado sólo por Galbadia, la nación más grande del mundo cuyo ejército constantemente atemoriza otras ciudades y poblaciones con menor poder militar. Al principio, Balamb parece el país más “tranquilo”, que no busca pelea con nadie, pero a medida que avanza el juego nos damos cuenta de que nadie tiene las manos limpias y quienes parecen actuar por motivos altruistas, realmente tienen una agenda mucho menos afable en las sombras.
Como ya les dije, el juego cuenta con cuatro discos, el primero de su clase en un tiempo en que mientras más discos tenía un juego, más llamaba la atención. En ese entonces éramos más tolerantes al bendito tiempo de “loading” y no nos molestaba cambiar un disco después de avanzar hasta cierto punto. Además hacía que el estuche del juego se viera muy chévere.

Al comienzo del juego conocemos Balamb y sus habitantes y tenemos un pedazo de la vida cotidiana de Squall como estudiante, quien realmente no se desvía mucho de Cloud, el protagonista en el juego anterior. Jóven, indeciso y ansioso, Squall es Cloud antes de volverse un mercenario, excepto que cuenta con un grupo de apoyo emocional que su predecesor nunca tuvo. Cloud usa un gunblade como su arma principal en combate, una mezcla entre un revolver y una espada (no, yo tampoco sé por qué), y anhela ser el primer especialista de gunblade en SeeD si es que logra pasar el examen final.
Para cumplir su cometido, Squall primero debe completar el pre-requisito para el examen final de SeeD (en ese entonces considerado uno de los tutoriales más difíciles en un RPG), que involucra ir a una cueva a pelear con Ifrit para que se una a nuestra aventura. Después de pasar esta misión/tutorial, el juego nos tira de cabeza en en el examen final a un paso super acelerado. Al principio parece que Squall es el único que puede ver lo disfuncionales y poco preparados que están sus amigos para trabajar como equipo, pero eso no impide que Quistis los envíe a Dollet a proteger la ciudad de una invasión militar. Durante la misión, los objetivos cambian y ocurre exactamente lo que esperas, a muchos les entra el pánico, unos se creen Superman y otros sólo quieren terminar el maldito examen para irse a casa.
Toda la serie de eventos desde entrar a Dollet hasta salir con vida es un paseo en montaña rusa. Luego de eso viene el momento de ansiedad y temor – pasaste o no el examen? Qué nota saqué? Me voy a poder graduar? Es tenso para los personajes y se trasmite perfectamente en pantalla. Claro, uno ya sabe lo que va a ocurrir, pero eso no lo hace menos entretenido. Finalmente llega el momento de la graduación y la escena del baile en la que Squall y Rinoa se ven por primera vez. Squall se la vive jugando al duro, pero por dentro es muy inseguro y eso es algo con lo que más de un muchacho podrá identificarse. A estas alturas del juego no hay duda de que Square puede crear excelentes momentos en sus historias cuando se lo propone.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.