Ragnarok Online, o «el RO» para los amigos, es un MMORPG desarrollado y distribuido por Gravity Corp. que fue lanzado hace más de una década. Ragnarok contaba con un adictivo gameplay que te sumergía en su variado mundo que bebía de la mitología nórdica y que era pintado por una mezcla de sprites 2D y mapas totalmente en 3D. Incluso hoy me parece hermoso el arte de Ragnarok y lo bien logrados que están su aspecto gráfico y su gameplay.

Mi historia con RO se remonta a los inicios de mi adolescencia, siendo un jugador exclusivamente de consola desde pequeño hasta ese entonces, siempre me encantó la idea de poder conectarme a internet y formar parte de aventuras con conocidos y extraños. Era una experiencia videojueguil que solo imaginarla me ponía la piel de gallina.
No fue hasta cuando tenía 13 años que vi como el hermano mayor de uno de mis amigos jugaba con su primo un juego como lo que yo buscaba. Estaban ellos juntos en una sala, pero acompañados virtualmente por otras personas a través de internet jugando en línea con el fin de explorar un calabozo. Fue tanta mi impresión que me quede viéndolos jugar durante horas babeando con las posibilidades de ese juego. La comunicación, los roles, la aventura, todo me dejo cautivado.

Fue ahí donde me atreví y decidí crearme una cuenta en aquel servidor privado, el aún vivo AvalonRO. Me cree un arquero y ahí comenzó mi aventura en el mundo de Rune Midgard, donde me adentre sabiendo prácticamente nada del mundo de Ragnarok Online. Mi aventura fue breve, debido a que al regresar a mi hogar al día siguiente no tenía el juego en mi computadora, y para esos tiempos los casi 2GB que pesaba el juego se hacían eternos de descargar.
El tiempo pasó y logre conseguir RO en mi computadora. No lo podía creer, la espera había terminado. Podría al fin disfrutar de ese juego que tanto anhelaba jugar sin restricción de tiempo. Esa noche jugué hasta el amanecer, fue tan larga la sesión de juego que al irme a dormir no podía sacarme de la cabeza el maldito juego, pero en el fondo estaba satisfecho. Lo que no sabía es que en el futuro esto me traería más problemas que diversión.
Días después el internet falló repentinamente, lo que me imposibilito jugar. Yo, con el vicio recién adquirido agarre mi memoria USB y me dirigí al café internet más cercano. Me puse a jugar y luego de un rato se me acercó un muchacho de otra parte del país y que era mayor que yo. Él estaba sorprendido de encontrar en un lugar así a alguien que también jugara RO. Rápidamente la conversación fluyo y me hablo del servidor en el que él jugaba con su guild, la cual era bastante activa y en ella habían varios panameños, chilenos y más gente buena vibra de otros países latinos.

Al volver el internet en mi casa lo primero que hice fue descargar el dichoso servidor y crearme una cuenta del juego. Esta vez decidí cambiar de horizontes y opte por ser un Monje, que era una clase bastante diferente al arquero que previamente había elegido. Me dirigí a Morroc, el pueblo en el que habitaba la guild de la que me había hablado el muchacho y con tan solo llegar y decir que venía recomendado por él todos los que estaban en ese pueblo abrieron los brazos y me aceptaron como uno más de ellos. Me sentí bien, estaba con gente que hablaba mi idioma y que compartía ese gusto por el juego como yo.
En este punto fue donde en realidad empieza mi aventura en este juego. Fue la primera vez que descubrí el aspecto social de Ragnarok. Era parte de una comunidad, la gente sabía quién era ese monje novato en el guild, e incluso sabían cosas, aunque pocas, de Giancarlo; quien estaba detrás del teclado.
Debido a la naturaleza de este artículo, no puedo resumir todo en un solo post sin parir una biblia de texto, por lo que será divido en 2 partes. La próxima semana les traeré la continuación de mi aventura en el mundo de RO.
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