Fujoshi Report: Kizuna

Fujoshi Report: Kizuna

Hoy iniciamos de manera oficial nuestra columna mensual donde nos dedicaremos  a explorar el intrincado mundo del yaoi, Boys’ Love y fujoshimo a través de esos recursos narrativos o tropes que han hecho del genero lo que es hoy en día. En esta edición nos concentraremos en el yaoi, en discutir algunos de sus términos y como sus reglas más frecuentes son aplicadas a un trabajo en particular, y he decidido que qué mejor modo de hacerlo que con una clásico del género como es el caso de las Ovas de Kizuna.

Kizuna: Koi no Kara Sawagi o Bonds of Love como se le llamó en la versión para Norteamérica es una serie de 3 Ovas que adaptan el manga de Kazuma Kodaka y cuentan la historia del romance entre el prodigio del kendo Ranmaru Samejima y el hijo ilegitimo de un jefe yakuza, Kei Enjouji y todos los problemas a los que se enfrentarán para vivir su amor solo por el hecho de ambos ser hombres.

Las dos primeras Ovas se estrenaron durante 1994 y tenían una duración de 30 minutos cada una aproximadamente, en 2001 se estrenó la tercera parte titulada Kizuna: Much Ado About Nothing, con una duración de 45 minutos y una animación y diseño de personajes algo diferentes a las primeras dos partes.

Kazuma Kodaka empezó Kizuna como un doujinshi de una sola parte basado en los personajes de Ranmaru y Enjouji que ya había utilizado en otro de sus mangas, el menos popular Sessa Takuma.

La historia de Kizuna tiene una trama que es muy popular y no solo en obras de temática yaoi o Boys’ Love y es el ya casi cliché de chico conoce a chica (en este caso, chico conoce a chico), chico se enamora de chica y empieza a intentar ganarse sus afectos pero como es usual hay algo que se interpone en su camino, obstáculos que deben superar antes de realizar su amor y como con todo recurso narrativo, si es utilizado inteligentemente no tiene por qué convertirse en aburrido o sopeteado.

En este aspecto, Kizuna es yaoi en su máxima expresión y  es sus ovas podemos ver muchos de los tropes más representativos del género aplicados y algunos de sus clichés más odiosos también (sobre estos hablaremos en otra edición de Fujoshi Report)

Tanto Enjouji como Ranmaru llenan a la perfección los arquetipos de personajes que conforman el yaoi y de ese modo Kei Enjouji es el seme de la relación y Ranmaru su uke, analizaremos con mayor detenimiento que significan estos términos y como se relacionan con estos personajes, más adelante.

El elenco de estas Ovas lo completan Kai Sagano, el medio-hermano de Enjouji y con el cuál no tiene una muy buena relación y Masanori Araki, un miembro del sindicato yakuza liderado por el padre de Enjouji y Kai, además de ser el guardaespaldas de este último. Masa y Kai tienen una relación que tampoco es inusual es animes de este tipo y se trata del romance mayo-diciembre o lo que es lo mismo que la relación romántica entre un hombre joven con uno de mucha mayor edad, en las 3 Ovas esta relación nunca es mostrada de modo explícito.

Volviendo a la dinámica Seme/Uke, en el yaoi estos dos términos que originalmente se derivan de las artes marciales vienen a significar activo y pasivo respectivamente. El seme es el “atacante” (significado literal de la palabra) de la relación, aquel que ejerce dominancia y quién es el activo dentro de la relación sexual, Enjouji como el seme de Kizuna posee los rasgos característicos de este tipo de personajes al ser quien persigue románticamente a Ranmaru además de ser el que muestra sus sentimientos más abiertamente. Enjouji como muchos otros semes es alto y de cabello oscuro, físicamente más intimidante que su uke y de rasgos más masculinos, además de tener una personalidad más impulsiva.

En cambio, Ranmaru, el uke o “el que recibe” (la palabra significa recibir en japonés), al ser el pasivo de la relación es el objeto de los afectos de Enjouji y a pesar de no ser femenino en apariencia es mucho más lindo que Enjouji,  más respetuoso al hablar y de aspecto más refinado. Al ser el objeto sobre el cual la acción es ejercida, en un principio rechaza las intenciones de Enjouji y es este quien debe luchar para ganarse su amor, otra característica del uke.

También se puede decir que no es tan demostrativo en sus afectos como lo es Enjouji.

Muchas de las complejidades de Kizuna se pierden en las Ovas debido al poco tiempo que tienen para contar una historia que tenga sentido y de ese modo sin tener conocimiento previo del manga hay algunas cosas que se sienten totalmente desconectadas unas de otras, por ejemplo la primera Ova inicia con Ranmaru siendo atropellado mientras trata de proteger a Enjouji quien era el objetivo de los atacantes y sin saber que Enjouji es hijo de un jefe yakuza esa escena es bastante incoherente con lo que pasa después.

Además al comienzo de las Ovas, Enjouji y Ranmaru ya son una pareja y como llegaron a estar juntos es mostrado a modo de flashbacks. El anime sigue bastante de cerca al manga, con la ventaja de que el manga, por su duración, es un medio en el cual hay más tiempo para explorar las intrincadas relaciones de estos personajes, por lo tanto a pesar que al principio el manga es tan confuso como el anime la trama no se siente tan desconectada como en las Ovas.

La primera introducción de Kai a la historia es otro claro ejemplo de lo mencionado anteriormente, sin saber los motivos de la mala sangre entre estos dos personajes su mención no hace mucho sentido. Más adelante nos revelan que parte del desprecio que sientes Kai y Enjouji uno por el otro nace del hecho de que Kai también está enamorado de Ranmaru y culpa a Enjouji del incidente que provocó la salida de Ranmaru del mundo del kendo.

La calidad de la animación en las primeras dos Ovas sigue los estándares de la época en que estas salieron pero para una audiencia más joven y acostumbrada a otras cosas puede ser bastante anticuada y hasta un turn off que te aleje de darle una oportunidad a esta serie, los movimientos de los personajes en pantalla no tienen mucha fluidez y los colores no son muy brillantes, adicional a esto la música es un poco cursi.  Pero si miramos las Ovas en tono general, es un trabajo bastante pulido con una historia buena a pesar de lo sencilla, con personajes simpáticos y algunas escenas que serán la delicia de las fanáticas del género.

La tercera Ova, estrenada en 2001 tiene una animación más moderna, con algunos cambios al diseño de personajes que algunas veces los hacer lucir totalmente diferentes a los de las otras Ovas, en lo personal puedo decir que prefiero el diseño de personajes de las dos partes anteriores y me parece que en estas Ranmaru era mucho más un bishounen que en la última.

Otro aspecto importante en el yaoi son las escenas de sexo y si bien Kizuna tiene unas cuantas,  ninguna llega a ser realmente riesgosa, no hay ningún desnudo frontal ni escenas de penetración por lo tanto Kizuna es un trabajo bastante dócil si lo comparamos con otros dentro del género. La mayor parte de estas escenas son más bien insinuadas y el resto te lo dejan a tu imaginación, pero hay muchos momentos tiernos y sexis que serán del gusto de las fans del yaoi sin ser demasiado explícitos.

Las que hemos seguido el yaoi por muchos años sabemos que estas historias no siempre representan los verdaderos problemas a los que se enfrentan las parejas del mismo sexo, sino más bien presentan esta clase de relaciones de un modo muy idealizado por lo tanto la tercera Ova es una grata sorpresa al mostrar a Ranmaru preguntándose cuál es su papel en la vida de Enjouji y que futuro tienen si no pueda darle una familia a su amado. Problema que lamentablemente es todavía muy actual, en un mundo donde las relaciones homosexuales no son reconocidas y son en muchos casos miradas con desprecio.

Hay muchos más convencionalismos dentro del yaoi como género y en ediciones siguientes los analizaremos con mayor profundidad cuando le demos un vistazo a otras obras yaoi. Por el momento les recomiendo Kizuna para todo aquel que esté interesado en iniciarse en el género y si ya eras fan del yaoi pero por algún motivo no has visto Kizuna, te estás perdiendo de mucho.

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